Hace ya bastantes años de esta aventura, pero su recuerdo es tan vivo e importante que he querido incluirla en este humilde diario virtual. Con la antigua estación de Canfranc como punto de partida, David y yo caminamos durante 3 días por el pirineo jacetano para ascender al Pico Bisaurín (2670m), 50 km con 4.000m + de desnivel.
Sobre la zona
Nuestra ruta transcurre por el Valle de Ansó, dentro del Parque Natural de los Valles Occidentales que se encuentra en la parte más occidental de la Jacetania, una gran comarca de Aragón que comprende municipios de Huesca y Zaragoza.
La zona de gran belleza ha sido modelada por la acción de los glaciares que han esculpido esbeltos picos y excavado circos, valles en U y cubetas que dan lugar a los actuales ibones (lagos de montaña).
Es territorio de quebrantahuesos, nutrias, milanos reales y aguiluchos pálidos, donde resisten algunos osos, con un clima marcado por la influencia atlántica y donde se puede encontrar algún edelweiss, la flor de las nieves emblema de las alturas que crece en las altas laderas alpinas. En españa solo podemos encontrarla en el Pirineo, sobretodo por Ordesa y Monte Perdido, y raramente en los montes de León.
Sobre la ruta
Es una ruta de trekking que resultó ser toda una aventura. 50 km con 4.000m. de desnivel + de alta montaña repartidos en tres días y como objetivo ascender a la cima más alta de la zona, el Pico Bisaurín (2670m.). El punto de partida la estación de Canfranc y el de regreso Candanchú.
NOTA DEL AUTOR: las fotografías están hechas con una antigua y rudimentaria cámara de carrete. Dada la baja calidad de las imágenes he complementado la crónica con alguna que otra imagen para poder dar una idea más fidedigna de la ruta.
Llegada a Canfranc
Si alguien ha subido en el Dragon Khan de Port Aventura para sentir emoción, les recomiendo una actividad más excitante y peligrosa: subir en el antiguo tren que cubría la línea Jaca-Canfranc. Los constantes vaivenes y fuertes traqueteos en tramos de profundos acantilados, hacían estremecer al más valiente.
Después de un trayecto interminable pese a la poca distancia, llegamos a la antigua estación de Canfranc, un antiguo edificio de aire palaciego de grandes dimensiones, un inmenso espacio de desolación y abandono que no está exento de historia.
La estación se inauguró en 1928 creando un punto de unión ferroviario con la vecina Francia pero en 1970, tras el accidente de un mercancías en la parte francesa, se cerró la línea internacional quedando limitada a la llegada de apenas 2 trenes en la parte española. La parte francesa fue desmantelada.
Viendo el aspecto del que parece un enorme buque fantasmagórico me despertó una enorme curiosidad por saber su historia y me quedé muy sorprendido cuando descubrí que antiguamente había sido escenario de transacciones secretas con laGESTAPOy las SS.
..Un poco de historia…
Testigos de esta historia todavía presentes son los fragmentos de wolframio que se encuentran en las vías muertas y en los muelles. En las minas gallegas se extraían miles de toneladas de este mineral fundamental para blindar los carros de combate y cañones alemanes. Incluso muchas de esas explotaciones fueron abiertas por empresas alemanas que operaban en España a través de la sociedad Sofindus, un holding alemán muy bien conectado con Demetrio Carceller, director del Instituto Español de Moneda Extranjera, único organismo que podía comprar oro.
A cambio de este preciado mineral, los alemanes enviaron miles de toneladas de material hacía España y Portugal, de estas toneladas, 86 eran del oro nazi robado a los judíos. Para asegurar las transacciones, las SS y la GESTAPO se habían instalado en este lugar entre 1942 y 1945 aprovechando la doble jurisdicción de la estación.
Fue el hallazgo de unos documentos los que pudieron acreditar después de 60 años un celoso secreto aún vivo en el recuerdo de pocos lugareños testigos de estos hechos.
Inicio de la ruta
Después de admirar el lugar, tomamos el camino de Santiago a la inversa, dirigiéndonos hacia hacía lo más alto del puerto de Somport.
A nuestro paso por el valle de Canfranc pudimos divisar a lo alto elfuerte Coll de Ladrones, una fortificación militar construida a partir del año 1751 para defender el valle y evitar las invasiones del norte
Este fuerte tiene una espectacular galería aspilleraza abierta en la roca que desciende hasta una batería situada sobre el río, batiendo directamente a la carretera.
Siguiendo el curso invertido del río Aragón fuimos ascendiendo elpuerto de Somport.
Y llegamos a Candanchú, donde aguarda a la entrada las antiguas ruinas del Hospital de Santa Cristina, una antigua hospedería del camino de Santiago que alcanzó tal fama des de la fecha de su creación, el s. XI, que el Códice Calixtino lo colocaba a la par que los hospitales de Jerusalén y el del Gran San Bernardo. Unum Tribus Mundi, uno de los tres hospitales del mundo.
Ubicado en lo más alto del Somport (El Summus Portus)para dar cobijo a los cansados y hambrientos peregrinos, azotados por las ventiscas de nieve y las densas nieblas. En el periodo de máximo esplendor de las peregrinaciones (Siglos XI-XII) entre 200.000 y 500.000 peregrinos se dirigían anualmente a Compostela desde todos los puntos de la cristiandad.
Candanchú
Complejo sito al pie de la estación de esquí española más antigua donde combina a la perfección grandes zonas aptas para el aprendizaje, con zonas muy técnicas aptas solo para expertos como el tubo de la Zapatilla o Loma Verde.
A pesar de no ser una de las más modernas ni extensas nos ofrece fuera de temporada una zona ideal para la escalada y el senderismo.
Al cruzar Candanchú nos encontramos con la que sería la última construcción avistada en nuestra ruta, el campamento de la EMMOE (Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales) donde presté el servicio militar. El campamento está a unos 30km de su base, el acuartelamiento de San Bernardo de Jaca y es una de las mejores escuelas militares, donde se forma a oficiales y suboficiales que han de mandar tropas especiales. También se realiza estudios y experimentación sobre técnicas y materiales, compartiendo con la sociedad civil los conocimientos adquiridos.
Cruzamos una llanura salpicada de enormes bloques, llamada “la ciudad de piedra”. Las nieblas son muy frecuentes en esta zona y tuvimos un poco de dificultad en encontrar el GR-11, el que será nuestro referente para desplazarnos.
GR-11
Gran ruta de 800 km aprox. conocida también con el nombre de senda pirenaica que cruza los Pirineos de oeste a este, desde Cabo Higuer en el Cantábrico hasta el Cap de Creus en el mediterráneo.
Una vez sobre la senda nos adentramos en el Bosque de las Hayas pisando territorio francés. Pese a que parece que en la foto estoy en una posición indecorosa, estaba tomando un descanso.
En el Paso de la Chorrota hicimos el que fue nuestro bautismo de montaña. Bendecidos por una agua pura, los dioses de las montañas tomaron en su seno a estos dos neófitos J
Nos apartamos de la senda para desplazarnos como sarrios por las Laderas de Cantal.
1ª acampada
Después de recorrer 15 km y acumular 1200 m. + acampamos en lo alto de las laderas. Que decir de la tienda de campaña, una vieja canadiense que era tan precaria como nuestro material. Eso sí, aguanto lo que no está escrito. La instalamos en un lugar de paso de fuertes vientos y se zarandeaba a lado y lado dando a pensar que saldría volando a cualquier momento.
REFLEXIÓN: Me gusta recordar mis inicios porque todo y que un buen equipo ayuda, la verdadera fuerza radica en uno mismo. Hace años no existían estas modernas prendas ni materiales y la sorprendente capacidad humana con toda su excelencia, se adaptaba a cualquier adversidad.
Al día siguiente emprendimos camino por la parte más alta y transitable de la Sierra Bernera. A cada paso se abrían nuevos valles y montañas, cada una con su propio carácter y forma. A mitad de la sierra pudimos divisar Aguas Tuertas.
Debido al arrastre de materiales los ríos se rellenan formándose pequeñas llanuras por donde el agua zigzaguea dando lugar a meandros como en Aguas Tuertas. La fotografía de aquel día no trasmite la realidad, dada la precariedad de la camera y la climatología adversa. Sirva de ejemplo una foto de un día soleado:
Subiendo el Puerto de Achert se nos descubrió otra maravilla del lugar,el Castillo de Acher (2384m.).Fijaos la gran belleza puesto que esta foto esta tomada con el cachivache de mi antigua cámara en otro día diferente de mi paso por allí:
Una vez sorteado el Collado de Secús, descendimos a la Explanada 2000. La cima del Bisaurín se hallaba a tan solo 4 km y nos quedaban pocas horas de luz. Tomamos una sabía decisión: Esconder nuestras grandes mochilas para ir más livianos y ascender con la rapidez necesaria para dar con los útimos rayos de luz en la cima.
Para más inri, se empezó a cerrar el cielo. Lo que fuera niebla se tornó en llovizna para luego convertirse en pequeños copos de nieve.
Después de un duro sacrificio, llegamos a la cima, rodeados de densa niebla. No pudimos disfrutar de su esplendor pero nos sentíamos tan satisfechos que sacamos una botellita de licor que guardábamos para la ocasión.
Después de saborear aquel momento y ya con poca luz, emprendimos el descenso. Esta vez por la vía rápida, bajando por la tartera a una velocidad vertiginosa. No puedo describir la sensación. Solo aquel que lo haya hecho puede comprender el goce que esto supone.
Cuando llegamos a la Explanada 2000 ya de noche con una jornada de 14 km y 1500 m. + a nuestras espaldas, tuvimos un serio percance. El cielo empezaba a tronar para darnos aviso de la tremenda que se avecinaba y no encontrábamos nuestras mochilas. Todos los montículos eran iguales. Pasaban los minutos, los cuartos y nada. Que sensación de desespero!!! Afortunadamente esa sensación se torno en alegría cuando dimos con ella después de mucho rato. Alegría que duró poco, porque una vez montada la tienda empezó a caer una tormenta eléctrica tan fuerte que algunos rayos hacían crepitar las rocas. Joder, joder, joder éramos dos almas parapetadas con una estructura metálica, la única en toda la zona. Sin ningún árbol o bicho que pudiera distraer a los temibles rayos. Que miedo pasamos, tanto, que aun recuerdo la cara de David y sus improperios cuando encendí la linterna. Pensó que nos había alcanzado un rayo jajaja río porque ya pasó, pero en aquel momento el riesgo era tan real que no sentía miedo, sentía pánico.
Después de cientos de rayos, ruidos y relámpagos que iluminaban perfectamente el interior de la tienda, la tormenta eléctrica cesó para dar tregua a nuestros entumecidos y tensos cuerpos. Al día siguiente despertamos con la misma densa niebla que nos había acompañado en la ascensión.
amanecer después de la 2a acampada |
La lluvia nos acompaño en nuestro regreso. Esta vez, dada la climatología volvimos por el GR-11 sin hacer la cabra por la Sierra Bernera como a la ida.
Cuando la lluvia terminó su cometido, una niebla cegó nuestro paso, dando fugaces treguas que nos permitían atisbar el entorno. En uno de estos avistamientos pudimos ver unos bonitos y libres caballos por la Fontaza.
Esa misma niebla le daba un aspecto fantasmagórico al Ibón de Estanés. Es el mismo Ibón que en las primeras fotos de esta crónica luce todo su esplendor.
La niebla nos jugó una mala pasada y tomamos un camino equivocado. El camino ya no era camino, y la subida era cada vez más fuerte. La desesperación se volvió a apoderar de nosotros ya que el agotamiento estaba dando sus primeros avisos. La sensación era terrible. No se donde nos metimos. Hoy deduzco que era el Valle de los Sarrios pero de aquel momento solo recuerdo que David se tumbó exhausto y yo como me sentía responsable de aquel error, inspeccione el lugar donde estábamos. Mi sensación era la de ser una hormiguita encima de una mesa sin saber como coño bajar de ella. A pocos pasos que daba, me encontraba con un precipicio que se presumía profundo porque la niebla lo ocultaba, por desesperación lo comprobaba como no se debe de hacer: Tirando alguna piedra para apreciar los metros. No hallaba ningún otro camino. Con la ayuda del mapa y con el estruendo de la cascada deduje que estábamos cerca del Paso de la Chorrota pero… arriba L Dada la imposibilidad de continuar, tomamos la acertada decisión de regresar hasta dar con nuestro último punto conocido: El Ibón de Estanés.
Esta vez pudimos dar con la senda y llegamos al Bosque de las Hayas, que aunque oculto por la niebla, ya me era del todo familiar.
Cuando llegamos a Candanchú tras una jornada de 20 km y 1300 m + avistamos un pórtico de la estación de esquí que asemeja a los que se encuentran en las llegadas de las carreras. Embriagados de alegría y a idea de David, dimos fin a está gran ruta en aquel punto, corriendo a la par como locos por la montaña para cruzar juntos la meta, dejando atrás los malos momentos vividos y saliendo más fortalecidos. Después nos refugiamos en un bar para tomar un tentempié caliente.
La que había sido una intensa aventura todavía no había acabado. Tomamos un autobús hacía Jaca para coger el último tren de regreso pero lo perdimos. Sin dinero, por la fría Jaca y de noche. Me negué a dormir al raso sin antes buscar un cobijo. Afortunadamente los dioses de las montañas todavía nos acompañaban. Hayamos una casa en construcción sin ventanas pero con alguna puerta. No me lo pensé dos veces, me metí en una habitación llena de polvo, sin ventanas y la cerradura tenia una llave. Era perfecto. Buscamos unos cartones y esa noche dormimos como dos angelitos.
DATOS TECNICOS Y ENLACES DE INTERES
Distancia: 50 km
Desnivel +: 4.000m
IBP: 328
Track para descargar: ´ascensión al pico Bisaurín (2670m.) desde Canfranc
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Enlaces de interes: